Ya en pleno época otoñal, cuando las castañas salen a pasear en busca de casamiento, la Iglesia católica celebra el día de los
Santos. Esta celebración sirve para otorgar un día especial a aquellos Santos
que no disponen de una fecha señalada en el calendario.
En el catolicismo, la tradicional fiesta de Halloween de origen celta, era considerada una celebración
“pagana”, con lo que el Papa Gregorio III (gobernó desde 731 -741 y fue el 90º Papa de la Iglesia católica) fue el encargado de sustituir esa
noche por el Día de Todos los Santos;
que cambió su fecha en el calendario litúrgico al pasarla de del 13 de mayo al
1 de noviembre. El Papa Gregorio IV, por su parte, fue quien instituyó la
festividad como universal.
El Día de Todos los Santos, se conmemora de
manera diferente entre las distintas zonas. En España, la tradición es ir a
visitar a los familiares o conocidos fallecidos al cementerio para llevar
ofrendas de flores; y, posteriormente, degustar los frutos secos de temporada
(castañas, nueces e higos) con los denominados “casamientos”; así como los
dulces típicos como los buñuelos de
viento y los huesos de santo de
mazapán.
En nuestro Centro, como viene siendo habitual, nuestros pequeños nos ayudan a recordar estas fechas invitando a todos con sus "casamientos".
En esta fiesta también participan los padres, que además de los casamientos pueden disfrutar de unas estupendas migas con chocolate que invita la AMPA.
Los católicos también celebramos en estas fechas, el 2 de noviembre, el día de los Difuntos. Es un día de recogimiento, donde se recuerda a los difuntos y generalmente se acude al cementerio para rezar por los familiares que ya no están.